Bueno, allá vamos con la segunda
miniatura. Está claro que tenía que ser la otra Habitante de Venecia, en este
caso, la mujer. Debido al desastre con la primera miniatura, he decidido
simplificar a tope con esta, hasta que vuelva a coger el ritmo pintón, que lo
tengo más que desaparecido.
Le he dado los colores básicos
(carne de elfo para la piel, verde y hueso deslucido para la ropa, cuero para
el justillo y las botas y marrón parasito para el pelo), y luego le he dado un
profuso lavado en tinta “Reikland Shade”.
Una vez hecho esto, con el color
base he vuelto a iluminar toda la miniatura y la he dado por finiquitada, antes
de cagarla más. Esta vez los ojos se han quedado sin hacer por miedo a hacerlos
mal. La peana sigue la misma fórmula de pincel seco en dos colores que la
primera.
Ahora, ¡¡a por la tercera!!
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